martes, 3 de enero de 2012

29 de junio de 2011

Tenue brisa que me acompaña
y las lágrimas entraña,
dulce susurro del cielo
que recordaré con anhelo,
pequeña estrella que se asoma
en mi noche de Roma.
Tras el techo te he observado
con la llama en el pecho
de un amor no encontrado.
Donde sea que mire te veo,
más brillante o apagada
y todo cuanto deseo
te lo dirá mi mirada.
No dejes de seguirme,
mantenme iluminada...
pues sé que si existes eres
como mi ángel de la guarda.




Roma.


   Lidón Prades Yerves

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