Caí en un pozo negro
al que nadie se acercaba
para recoger su agua.
Todo estaba muy oscuro,
tal como una noche negra
sin luna que iluminara.
Cada estrella había partido
buscando a su compañera
para que volviera a guiarla.
Y mi cuerpo estaba hundido,
no en agua,sino en lágrimas;
señal de tristeza y lástima.
Pues me había abandonado
ella, mi tierna y dulce alma...
solo me dejó la nada.
Prometióme su regreso,
prometió que volvería
si la fuerza recobraba.
Y entonces yo pensé: pero,
estimada alma mía,
no pidas luna a los días,
ni bondad a las arpías,
ni que luche a la paloma...
¿cómo pides despertar
a este cuerpo que está en coma?
Lidón Prades Yerves
El poema es triste, pero bonito y bien construído. El alma en coma resucitacon el amor.
ResponderEliminarTe animo a seguir con este blog que me parece muy bueno, gracias por visitar el mío y darme la oportunidad de conocerte.
Un beso
Voy a enlazarte con el mío