sábado, 7 de julio de 2012

2010,Sept. / Oct.


Solo,sentado en la estción
sin saber qué destino ni vagón
tendrá que cojer para escapar.
Cuando llegue su tren
dejará atrás este andén
y nadie ya conocerá su nombre.
Una pequeña brisa
que no pasa muy deprisa
se adelanta a su suspiro.
Hoy se encuentra por el suelo,
pues se le ha caido el cielo
y no se puede levantar.
Tantas en penas en cadena
se convierten en condena
y no la quiere soportar.
¿De verdad se lo merece?
No importa cuánto rece,
pues no deja de estar solo.
La familia no le quiere,
su mujer sólo le hiere
y no tiene dónde ir.
Ha decidido dejar todo,
y ahora que está solo
ya nada le importa.

Ha aprendido del error,
desechado su temor
y dejado todo en manos del destino.
Ha escuchado una canción
que le ha tocado el corazón
y algo le ha recordado.
Era una nana de pasión
que cantaba en su habitación
a su nene pequeñito.
Ahora con el alma partida
ya se acerca su salida
de este laberinto.
Ya no mirará atrás
ni le importarán tanto los demás,
solo va a vivir su vida.


Lidón Prades Yerves

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