Ruge y pasa con fervor el viento
a través de estrechas galerías
mientras precipita gotas frías
el árbol que apunta al firmamento.
De la luz el cuerpo amarillento
se escinde en brillantes fantasías
de azul, verde y rojo con estrías
que palpitan siendo movimiento.
¿Podrá durar la calma un milenio?
No tendría que haber preguntado,
pues vino a responderme el demonio:
aunque hoy el día es soleado
las gotas que caen son testimonio
de una tempestad que fue pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario