Dicen que siempre se van los mejores,
que quede entre tú y yo, flor de trece hojas.
Tus pétalos, pequeñas plumas rojas,
efímeras de desvanecen...mueres.
Aunque nunca llegué a saber quién eres
me atormentan siniestras paradojas.
Cuando me toque, espero que me acojas
y compartas conmigo tus dolores.
Al temor de tu vida ya no temo;
descansas en tu nueva, oscura cuna
y en mis sueños asciendes como el humo.
No temas al olvido, flor temprana:
te reconoceré en el crisantemo
bañado por rocío en la mañana.
Lidón Prades Yerves
miércoles, 17 de abril de 2013
sábado, 6 de abril de 2013
6 d'abril de 2013
Ruge y pasa con fervor el viento
a través de estrechas galerías
mientras precipita gotas frías
el árbol que apunta al firmamento.
De la luz el cuerpo amarillento
se escinde en brillantes fantasías
de azul, verde y rojo con estrías
que palpitan siendo movimiento.
¿Podrá durar la calma un milenio?
No tendría que haber preguntado,
pues vino a responderme el demonio:
aunque hoy el día es soleado
las gotas que caen son testimonio
de una tempestad que fue pasado.
a través de estrechas galerías
mientras precipita gotas frías
el árbol que apunta al firmamento.
De la luz el cuerpo amarillento
se escinde en brillantes fantasías
de azul, verde y rojo con estrías
que palpitan siendo movimiento.
¿Podrá durar la calma un milenio?
No tendría que haber preguntado,
pues vino a responderme el demonio:
aunque hoy el día es soleado
las gotas que caen son testimonio
de una tempestad que fue pasado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)