sábado, 30 de junio de 2012

18 de junio de 2012


Cada vez que miro arriba
más lejos me queda el cielo;
sigue creciendo la cima
y más hondo se hace el suelo.
Siento el calor de las llamas
a medida que me adentro,
huelo las carnes quemadas
de las almas de los muertos
Más cerca estoy de ese mundo
que todos llaman infierno,
en el lugar más profundo,
en el fondo de su seno.
Oigo voces que gritan
con un timbre nostálgico,
veo brumas que se agitan
nublando un presente trágico.
¿Dónde estoy prisionera
de un fuego que no da luz
pero que tanto quema
siendo entre rojo y azul?
Te he perdido, mi alma,
y ahora rabias en pena,
y gritas, lloras y cantas
para aliviar la condena.
Eres tú la voz que oigo
que me habla del pasado,
de lo feliz que he sido,
de que ya se ha acabado...

¿Dónde estoy?

                                                                                Lidón Prades Yerves

23 de mayo de 2012


He visto en las palmas de mis manos
grabarse un mapa del infierno,
y con él mis deseos mundanos
condenados han sido al destierro.

Entre las manos he sostenido
el miedo que las ha maculado;
de manchas púrpuras son el nido,
y la muerte es el espectro alado.

Mi alma se perdió por el camino
que se abrió más allá de mis manos;
se quedó vagando por el limbo.
Quisiera saber si ha regresado.


                                                                                   Lidón Prades Yerves

22 de mayo de 2012


Déjame perderme contigo
estrella del atardecer,
que sabes que vago y te sigo
y te despido al perecer.
Y me paso las noches en vela,
velando por verte dormir
brillando,pues eres estrella,
y espero hasta verte morir.
Y al día siguiente te encuentro
y veo que sigues brillando
y escucho una voz, muy adentro,
que me dice que estás llorando.
Que por amores es tu llanto
me dice la profunda voz,
mientras nos envuelve el manto
de la oscura noche feroz.
Que quieres dejar de brillar,
que dejarás de estar despierta,
que así no tendrás que llorar
y entonces harás que él lo sienta.
¡Pues qué cosas tan tristes dices
con lo bella que eres, estrella!
Es mejor que al Sol olvides
y vengas a mi fortaleza.
Que es un palacio de plata
que siempre ilumina tu brillo.
Si el amor que sientes te mata
deja ir al Sol amarillo.
Piensas que llorará tu falta,
mas aún así seguirá vivo.
Escucha a quien aquí te canta:
vive, estrella, y vente conmigo.










Como una chispa se prende
y como un rayo se apaga,
mi corazón se sorprende
y entre sobresaltos vaga.



Como una estrella al atardecer
veo tu imagen brillar y arder.
Ojalá me pudiera perder
contigo.


                                                                Lidón Prades Yerves

5 de mayo de 2012

Sin humor para escuchar
demasiadas tonterías
han comenzado a pasar
ya todos mis tristes días.



Me siento decepcionada,
cuanto más veo más odio;
espero, ya cansada,
el final de este episodio.


¿Qué es lo que está mal en mi?
Al defender mi moral
poco provecho hay aquí,
consigo sólo hacer mal.

Me han llamado cobarde,
por eso en gran parte sufro.
Mis esfuerzos son en balde
y del abismo no subo.

¿Por qué ha de estar todo oscuro?
Tengo miedo sin mi luz;
dime, corazón puro,
¿por dónde palpitas tú?

Tengo obligado ser fuerte
y me prohibo llorar,
pero mi llanto, si hay suerte,
sudor me cuesta aguantar.

¿Es malo que me defienda?
Quizá me sobra el orgullo,
pero si aflojo mi rienda
colaboro y me destruyo.

Si para no traicionar
tengo que dar mis avisos,
¿quién va a quererme escuchar
sin darme falsos aplausos?

Sola, triste y traicionada
mirando hacia la pared
bebo llanto esta velada
sin ver calmarse mi sed.
                                                                                                               Lidón Prades Yerves